Guías de buenas prácticas
La UE cuenta con algunas de las normas de bienestar animal más estrictas del mundo, que incluyen requisitos generales sobre la cría, el transporte y el sacrificio de animales de granja y requisitos específicos para determinadas especies, siempre de acuerdo con las últimas evidencias científicas y empleando diferentes herramientas políticas para lograrlo.
Consagrar unas buenas prácticas en la legislación es una de esas herramientas políticas, y existen importantes normativas que cubren el bienestar de los animales de granja, y en concreto de los terneros; sin embargo, no existen normativas que cubran los requisitos específicos de las vacas lecheras. Desde 2008, cuando se definieron las normas mínimas para los terneros en la legislación, se han producido avances científicos significativos en nuestra comprensión de las necesidades de los terneros, su gestión y los factores de riesgo que pueden llevar a un bienestar deficiente. Una segunda herramienta política para permitir una difusión más ágil de los nuevos conocimientos y la aplicación de los cambios en las explotaciones son las directrices de buenas prácticas, que pueden ir más allá de los mínimos legales y actualizarse periódicamente.
Las directrices sobre mejores prácticas, que se basan tanto en la literatura científica como en las prácticas innovadoras de las explotaciones y la cadena de suministro, pueden aportar beneficios reales y ofrecer un medio de preparar a la industria para las nuevas normativas en el futuro.
El consorcio Care4Dairy ha elaborado guías de buenas prácticas que abarcan cuatro etapas de la vida de los animales involucrados en la producción láctea: terneros, novillas, vacas y animales al final de su carrera productiva. Estas guías consisten en una recopilación de fichas informativas.
A efectos de este proyecto, se entiende por terneros los bovinos desde su nacimiento hasta los 12 meses de edad; las novillas a los animales que suelen tener entre 13 y 24 meses; las vacas adultas cuando tienen más de 2 años y en el caso de los animales al final de su carrera productiva pueden tener cualquier edad entre 2 años y el final de su vida, ya sea por retirada de la granja, enfermedad o lesión.